Bacánika es una plataforma, una sala de exposición, un taller literario, un laboratorio de diseño. Desde hace años la miro cada cierto tiempo para buscar talento: buenos escritores, ilustradores, fotógrafos, artistas gráficos… Tanto cuando era impresa como ahora que está en la web, Bacánika se ha preocupado por dirigir la atención de sus lectores y visitantes hacia el talento artístico de personas jóvenes, y eso lo considero notable. Ahora que estoy al frente de la editorial que la publica, Bacánika es para mí una apuesta, un reto, un juguete maravilloso. Quiero que siga mostrando, como alguna vez lo hizo conmigo, el trabajo de jóvenes que están realizando cosas bellas y bien hechas. Quiero que le hable a los lectores en un lenguaje directo y cortés. Quiero que sea más bonita y esté mejor escrita. Quiero que busque y muestre el talento que crece en las ciudades colombianas. Y quiero también que agregue a sus intereses áreas que hasta este momento no han estado muy atendidas.