Desde hace ya más de cinco siglos la invasión europea a África significó una ruptura en la historia de los africanos, desde el primer momento en que la colonización y “civilización” pisaron nuestro continente los mares iniciaron a irse tiñendo del rojo de la sangre derramada de nuestros ancestros. La historia ya no era de imperios gloriosos con hermosas y hermosos africanos vestidos con las tan exquisitas telas de Malí, ni de princesas que en nombre del amor creaban desiertos; la historia inició a cambiar, transformando a reyes y príncipes en animales de carga y a reinas y princesas en nada más que fieras que tenían que ser domadas por las duras manos del colonizador, desde ese momento la historia que fue contada no fue la de reyes y reinas del sol, sino la de esclavos y esclavas: animales salvajes víctimas de una cruel historia que a pesar de ya cinco siglos sigue intacta.